sábado, 7 de diciembre de 2013

La luna y la muralla china, de Martín Zariello

Un amigo me dijo que un amigo suyo le había comentado que uno de los últimos libros publicados por la bola editora era un librazo; se trataba de La luna y la muralla china de Martín Zariello. Desde que me convertí caprichosamente en uno de los editores de Letra Sudaca, comencé a interesarme cada vez más en los autores marplatenses, para descubrir un mundo de cuentistas y novelistas realmente descollante. Entonces, fui decidido al stand de Cultura en la última feria y me compré el susodicho libro. Y no me defraudó.
 
La luna y la muralla china se trata de diez cuentos contenidos en menos de cien páginas (el volumen sobrepasa las cien, pero el prólogo, índice y esas copadísimas páginas en negro que meten los chicos de la bola, se llevan varias), diez cuentos que son como diez tic-tacs, pequeños peros de sabor intenso y refrescante, y que uno va engullendo casi sin darse cuenta. De hecho, creo que Poe o Quiroga no estarían muy de acuerdo con catalogar a estas pastillitas como cuentos, pues carecen de varios de los condimentos imprescindibles de ese tipo de narrativa; más bien podríamos llamarlos relatos que, generalmente, hablan del amor o, al menos, de las relaciones entre hombres y mujeres que van de adolescentes a viejos de 30.
 
El estilo, al principio, me hizo recordar mucho a Martín Rejtman: minimalista, en cuanto a lo expresivo. Y también porque las cosas parecen sucederle a los personajes, en vez de ser ellos los que las provocan. Sin embargo, Zariello me sorprendió con algunas historias con tintes fantásticos o, al menos, psicodélicos, ausentes en lo que he leído de Rejtman.
 
Esta cajita llamada La luna y la muralla china contiene diez pastillitas, sí, pero cada una de un sabor ligeramente distinto a la anterior. Y están tan sabrosas, que uno se queda con ganas de más. Un mérito del autor, sin duda.

sábado, 30 de noviembre de 2013

Ficción diaria

 
Para acceder a una buena ficción de terror basta con abrir la sección “Clasificados” del diario “La capital” y leer un aviso marcado con un asterisco que dice:

“Acá Iván. Ángel o Demonio. Tarot. Videncias. ¿Estás angustiado o solo? ¿Se aleja tu ser amado? Recupéralo, no sufras más. Con su nombre tendrás el dominio en el amor. Amarres únicos y eternos. Endulzamiento y atracción sexual a novios, amantes y parejas separadas. Conflictos, perturbaciones. Limpiezas. Destrabes. Cortes de maleficios y mala suerte. Apertura de dinero, caminos y amor. Trabajos rápidos y seguros. Tel. 4722980.”

Y, lo peor, sentir que se te hiela la sangre cuando ella sale de la ducha sonriente; ella, a quien hasta hace un par de días no querías volver a ver; ella, la que ya no te excitaba ni en lo más mínimo; ella, la que ahora te tiene para siempre.

Los géneros son un mapa, pero el mapa no es el territorio, entrevista a Carlos Gardini

 
Volví, en el blog de Letra Sudaca, a las breves entrevistas a escritores. En este caso, Carlos Gardini, que nos habla sobre su último libro, La Ciudad de los Césares, y de otros temas que invitan a la reflexión. Por aquí: http://letrasudaca.blogspot.com.ar/2013/11/los-generos-son-un-mapa-pero-el-mapa-no.html